El Misterio de la Mujer de Isdal
Un hombre y sus hijas encuentran en medio de la nada el cuerpo sin vida de una mujer. Lo que parecía un protocolo de rutina se convertiría en uno de los crímenes más enigmáticos de la historia.
CRIMEN
Juan Pablo Palacios
10/16/202517 min read


La Mujer Desconocida del Valle de Isdal
La mañana del 29 de noviembre de 1970, un profesor universitario y sus dos hijas jóvenes caminaban por el remoto Valle de Isdalen, en las afueras de Bergen, Noruega. Mientras avanzaban por el terreno accidentado, un olor peculiar a quemado llegó hasta ellos, atrayéndolos fuera del sendero principal. Lo que encontraron, escondido entre un pedregal de rocas rotas, fue una escena de horror indescriptible: los restos carbonizados de una mujer.
Este descubrimiento macabro marcó el inicio de uno de los misterios de caso sin resolver más profundos y desconcertantes de la historia noruega y tal vez del mundo. La policía de Bergen respondió rápidamente, abriendo una investigación a gran escala bajo el nombre de caso "134/70". Sin embargo, desde el primer momento, los investigadores se enfrentaron a un enigma que desafiaba toda explicación lógica. No se trataba de un simple accidente o un suicidio convencional. El cuerpo de la víctima yacía en una extraña postura, casi coreografiada, con sus artículos personales cuidadosamente colocados a su alrededor. Más inquietante aún, cada objeto que podría haber ofrecido una pista sobre su identidad —etiquetas de ropa, marcas en botellas, documentos personales— había sido sistemática y deliberadamente eliminado. Era como si la mujer, en sus últimos momentos o por la mano de un tercero, hubiera sido meticulosamente borrada de la existencia. Comenzaba así la investigación sobre una mujer fantasma, una sombra que había atravesado Europa solo para desaparecer en el fuego en un desolado valle noruego, así comenzaría el caso de "La Mujer de Isdal".
Sección I: Una Escena Despojada de Pistas
El análisis forense de la escena del crimen reveló una serie de anomalías que inmediatamente distinguieron este caso de una investigación rutinaria de muerte. El lugar en sí, el Valle de Isdalen, era conocido localmente como "Dødsdalen" o "el Valle de la Muerte", un nombre derivado de su historia de suicidios en la Edad Media y accidentes de senderismo más recientes. El cuerpo no fue encontrado en una ruta de senderismo común, sino en un área remota y de difícil acceso, un lugar que nadie encontraría por casualidad, lo que planteaba la pregunta inmediata de por qué había sido elegida esa ubicación específica.
Reconstrucción Detallada del Lugar del Hallazgo
La mujer fue encontrada en el suelo, boca arriba, entre fragmentos de roca rota. Sus manos estaban apretadas en puños y levantadas hacia su torso en una "posición de boxeador" o "de esgrimista", una actitud pugilística que es una reacción fisiológica común en cuerpos expuestos a un calor intenso y que indica que fue quemada mientras aún estaba viva. Las quemaduras eran extremadamente severas pero estaban concentradas de manera extraña en la parte frontal de su cuerpo, dejando su rostro irreconocible, mientras que su espalda permanecía en gran parte intacta. Este patrón de quemaduras sugería que estaba acostada de espaldas al suelo, cuando se inició el fuego sobre ella.
Lo que más desconcertó a los investigadores fue la peculiar disposición de los objetos personales alrededor del cuerpo. El investigador forense Tormod Bønes describió la escena como si se hubiera realizado "algún tipo de ceremonia". Sus joyas, incluyendo un reloj, dos pendientes y un anillo, no estaban en su cuerpo, sino que habían sido colocadas a su lado. Otros objetos encontrados en las inmediaciones incluían un paraguas, un bolso, medias de nailon, botas de goma, una bufanda, una caja de cerillos, dos botellas de agua de plástico y una botella vacía del licor St. Hallvard. Debajo del cuerpo se encontró un gorro de piel que, tras un análisis posterior, reveló trazas de gasolina, confirmando el uso de un acelerante para iniciar el fuego. Este hallazgo crucial contradecía algunos informes iniciales que sugerían que no se había encontrado ningún acelerante y explicaba la intensidad del fuego localizado sin la presencia de una fogata tradicional.
El rasgo más definitorio de la escena fue el esfuerzo metódico por borrar cualquier rastro de identidad. Las etiquetas de toda su ropa habían sido cuidadosamente cortadas. Las marcas de identificación de las botellas habían sido raspadas o borradas. Cerca del cuerpo se encontraron restos de papel quemado, que se cree que eran los restos de un pasaporte, junto a dos contenedores de plástico para documentos.
La combinación de una ubicación remota, un patrón de quemaduras específico y la disposición ritual de los objetos sugiere fuertemente que la escena fue montada. No se trataba de un suicidio impulsivo ni de un asesinato apresurado. Una persona que se suicida con una sobredosis masiva de barbitúricos (fármacos depresores del sistema nervioso central) es poco probable que tenga la claridad mental para organizar meticulosamente sus pertenencias de forma ceremonial. Del mismo modo, un asesino que intenta deshacerse de un cuerpo probablemente priorizaría la rapidez y el ocultamiento, no una disposición ritualista. La quema parcial del cuerpo también es ineficaz como método de eliminación. Por lo tanto, la propia escena puede interpretarse como una forma de comunicación: ya sea un acto final altamente simbólico de la víctima para borrar su pasado, o un mensaje deliberado de un asesino destinado a confundir, intimidar o transmitir un significado a una audiencia específica. Esto eleva el caso más allá de una investigación estándar de homicidio o suicidio.
Sección II: El Equipaje del Fantasma
Tres días después del macabro hallazgo, el 2 de diciembre de 1970, la investigación dio un giro decisivo. En el depósito de equipajes de la estación de tren de Bergen, se encontraron dos maletas que no habían sido reclamadas. Este se convirtió en el avance más significativo de la fase inicial de la investigación.
El Vínculo Forense y un Inventario Clandestino
El vínculo crucial entre las maletas y la víctima se estableció de manera irrefutable cuando una huella dactilar parcial, encontrada en un par de gafas de sol sin graduar dentro de una de las maletas, coincidió con las huellas dactilares de la mujer, que milagrosamente habían sobrevivido al fuego. El contenido de las maletas reveló las pertenencias de alguien que vivía una vida de engaño y movimiento constante, continuando con el tema abrumador de la identidad borrada.
Dentro de las maletas, los investigadores encontraron:
Disfraces: Varias pelucas de alta calidad.
Ropa y Artículos Personales: Una variedad de ropa, zapatos, maquillaje, cosméticos, un peine y un cepillo para el pelo. Todas las etiquetas de identificación y marcas de fabricante habían sido meticulosamente eliminadas. Incluso la etiqueta de prescripción de un tubo de crema de uso clínico había sido raspada, eliminando el nombre del médico y del paciente.
Divisas: Se encontró una considerable cantidad de dinero en efectivo de varios países, incluyendo cinco billetes de 100 marcos alemanes ocultos en el forro de una maleta, 135 coronas noruegas y monedas de Bélgica, Gran Bretaña y Suiza.
Herramientas de Viaje: Mapas y horarios de trenes y barcos.
El Bloc de Notas Cifrado: Se descubrió un bloc de notas que contenía entradas crípticas de letras y números. La policía logró descifrar estos códigos, dándose cuenta de que correspondían a las fechas y lugares de sus viajes, funcionando como un registro de sus movimientos.
En medio de esta colección de objetos perfectamente anónimos, los investigadores encontraron un único descuido: una bolsa de plástico de la zapatería Oscar Rørtvedt's Footwear Store en Stavanger. Este pequeño error proporcionó la primera pista tangible para empezar a rastrear sus pasos.
El contenido del equipaje va más allá del comportamiento de un viajero ordinario o de alguien que atraviesa una simple crisis personal. La eliminación sistemática de todos los identificadores de cada artículo, hasta el punto de raspar la etiqueta de un tubo de crema, demuestra un nivel de disciplina y premeditación indicativo de un entrenamiento en contravigilancia o espionaje. El equipaje de una persona promedio está lleno de objetos de marca, recibos y efectos personales que tejen un rico tapiz de su identidad. El equipaje de la Mujer de Isdal era lo contrario: una colección curada de objetos estériles y anónimos. Este comportamiento se alinea perfectamente con lo que se conoce como "comportamiento conspirativo" o "tradecraft", utilizado por los operativos de inteligencia para evitar dejar un rastro. Esto apoya firmemente la teoría del espionaje por encima de las teorías de enfermedad mental o un simple deseo de desaparecer, que probablemente habrían sido menos exhaustivas.
Además, la combinación de un código simple pero efectivo para rastrear sus movimientos y la posesión de múltiples divisas europeas sugiere que era una persona involucrada en actividades internacionales planificadas. El bloc de notas no era un diario personal, sino un registro funcional de sus viajes. Llevar dinero en efectivo de al menos cinco países diferentes (noruego, alemán, británico, belga y suizo) implica cruces fronterizos frecuentes y una preparación para la movilidad, no unas simples vacaciones. Combinado con los disfraces (pelucas) y los alias, esto pinta la imagen de una operativa profesional, como una mensajera o una agente, que necesitaba moverse con fluidez por la Europa de la Guerra Fría.
Sección III: El Itinerario del Fantasma
Armados con la pista de la bolsa de la zapatería y el bloc de notas descifrado, la policía comenzó a reconstruir el enigmático viaje de la Mujer de Isdal por Noruega y Europa entre marzo y noviembre de 1970.
Siguiendo el Rastro de una Sombra
La investigación los llevó a Stavanger, donde el hijo del dueño de la zapatería, Rolf Rørtvedt, recordó haber vendido un par de botas de goma (que coincidían con las encontradas en la escena) a una "mujer muy bien vestida y de buen aspecto con el pelo oscuro". Recordó que hablaba con acento y que tardó mucho en decidirse por la compra. Este testimonio crucial permitió a la policía rastrearla hasta el hotel St. Svithun en Stavanger, donde se había registrado con el nombre de "Fenella Lorch".
Este fue el primer hilo de una compleja red de engaños. El análisis de la caligrafía en los formularios de registro de varios hoteles confirmó que la misma mujer había utilizado al menos ocho alias diferentes, declarando sistemáticamente ser de nacionalidad belga. Investigaciones posteriores con las autoridades belgas revelaron que todas las identidades y la mayoría de las direcciones proporcionadas eran falsas.
Las descripciones de los testigos en los distintos hoteles pintaban un retrato coherente pero misterioso. Era descrita como una mujer elegante, a la moda y atractiva, de aproximadamente 1.64 m de altura, con largo cabello castaño oscuro, ojos marrones y un rostro pequeño y redondo. Algunos testigos notaron un espacio entre sus dientes frontales. Era una políglota, capaz de comunicarse en alemán, flamenco, francés e inglés con dificultades. Su comportamiento era reservado y cauteloso; a menudo pedía cambiar de habitación después de registrarse y se presentaba como una vendedora ambulante y comerciante de antigüedades. Varios testigos también mencionaron un distintivo olor a ajo.
Surgieron también relatos de encuentros preocupantes. Un testigo la escuchó hablar en alemán con un hombre en un hotel de Bergen. Una camarera la vio cenando cerca de dos oficiales navales alemanes. Quizás el testimonio más escalofriante provino de un hombre que, en 2005, relató haberla visto cinco días antes de su muerte en una ruta de senderismo. Estaba vestida de forma inadecuada para la montaña, parecía "resignada" y era seguida a distancia por dos hombres de aspecto "sureño" que vestían abrigos.
Tabla: Alias y Movimientos Conocidos de la Mujer de Isdal (Marzo - Noviembre de 1970)
El uso repetido de una identidad belga, respaldada por múltiples documentos falsificados, era claramente su principal historia de cobertura. El hecho de que las autoridades belgas no encontraran rastro de ninguna de estas identidades confirma la naturaleza profesional de las falsificaciones. Esta consistencia sugiere una coartada bien ensayada y documentada, no nombres inventados al azar. Esto implica que poseía una historia de fondo, una herramienta común en las operaciones de inteligencia. La elección de Bélgica —una nación multilingüe, céntrica en Europa y sede de la OTAN— pudo haber sido estratégica.
Su patrón de viaje, especialmente en Noruega, no era el de una turista típica. Registros desclasificados han revelado que sus movimientos parecen coincidir con pruebas de alto secreto del misil noruego Penguin. Su itinerario incluía múltiples estancias en diferentes ciudades, a menudo por cortos períodos, y frecuentes cambios de hotel dentro de la misma ciudad, una táctica ineficiente y costosa para un turista, pero efectiva para la contravigilancia. Esta correlación entre sus ubicaciones y las fechas de las pruebas de misiles es una pieza de evidencia circunstancial significativa que no puede ser ignorada. Este contexto la transforma de una viajera misteriosa a una posible operativa de inteligencia observando tecnología militar sensible de la OTAN en el apogeo de la Guerra Fría.
Sección IV: El Cuerpo de la Evidencia, Revelaciones Forenses a lo Largo de Cinco Décadas
Esta sección une la investigación inicial de 1970 con la era forense moderna, demostrando cómo la tecnología ha comenzado a dar voz a una víctima que ha permanecido en silencio durante más de medio siglo.
Parte A: La Autopsia de 1970 en el Instituto Gades
La autopsia inicial proporcionó los primeros datos científicos sobre la muerte de la mujer, aunque también introdujo elementos contradictorios que complicarían el caso durante décadas.
Causa Oficial de la Muerte: El informe concluyó que la muerte se debió a una combinación de envenenamiento por monóxido de carbono e intoxicación por barbitúricos (fenobarbital).
Toxicología: Los análisis de sangre y contenido estomacal revelaron la ingestión de entre 50 y 70 pastillas para dormir de la marca Fenemal. Se encontraron otras doce pastillas en la escena del crimen. Las píldoras no se habían absorbido por completo en su torrente sanguíneo, lo que indica que la muerte ocurrió relativamente poco después de su consumo.
Hallazgos Físicos Clave:
Se encontró hollín en sus pulmones, una prueba irrefutable de que estaba viva y respirando mientras se quemaba.
Se descubrió un hematoma inexplicable en el lado derecho de su cuello, que podría haber sido causado por una caída o un golpe. Este hallazgo es de vital importancia, ya que introduce la posibilidad de violencia y se aleja de un simple suicidio no violento.
El patólogo determinó que la mujer nunca había estado embarazada ni había dado a luz.
Trabajo Dental Único: La mujer presentaba un trabajo dental extenso y sofisticado, con 14 empastes y varias coronas de oro, algo que se consideró inusual para una mujer de su edad y atípico para la odontología noruega de la época. Un experto dental sugirió que este tipo de trabajo era más común en el sur o centro de Europa, o incluso en "el Oriente". De manera premonitoria, su mandíbula y muestras de tejido fueron extraídas y conservadas para futuros análisis, una decisión que resultaría crucial décadas después.
Parte B: La Ciencia Intenta Resolver un Caso Congelado
En 2016, impulsados por los avances en la tecnología forense y un renovado interés público, la radiotelevisión pública noruega (NRK), en colaboración con la policía de Bergen, reabrió oficialmente la investigación. Esto permitió el análisis de la mandíbula y los tejidos conservados, arrojando las primeras pistas concretas sobre la identidad de la mujer.
Análisis de Isótopos Estables: El análisis de los isótopos químicos (estroncio y oxígeno) en el esmalte de sus dientes proporcionó una ventana a sus orígenes geográficos.
El análisis, realizado por expertos de la Universidad de Canberra, indicó que probablemente nació alrededor de 1930 (con un margen de error de cuatro años) en o cerca de Nuremberg, Alemania.
También reveló que se mudó durante su infancia, probablemente justo antes o durante la Segunda Guerra Mundial, a Francia o a la región fronteriza franco-alemana. Este hallazgo corroboró un análisis grafológico anterior que sugería que había sido educada en un país de habla francesa.
Análisis más recientes han puesto en duda la teoría de Nuremberg. Al incorporar los valores de isótopos de carbono, que reflejan la dieta, algunos investigadores sugieren que ciudades de Europa Central como Cracovia (Polonia), Brno (República Checa) o Győr (Hungría) son candidatas más probables.
Análisis de ADN: Finalmente, se pudo crear un perfil de ADN completo a partir de las muestras de tejido.
Los resultados iniciales confirmaron que era de ascendencia europea.
El análisis del ADN mitocondrial (ADNmt), que rastrea el linaje materno, reveló que pertenecía al haplogrupo H24, un grupo genético más común en el sudeste de Europa o el suroeste de Asia. Esto añade otra capa de complejidad a su perfil geográfico, sugiriendo un origen ancestral que podría ser diferente de los lugares donde creció.
A pesar de contar con un perfil de ADN completo, hasta la fecha no se han encontrado coincidencias en las bases de datos de ADN internacionales.
La evidencia forense presenta una narrativa de la muerte que es internamente inconsistente con un suicidio simple. La causa oficial de la muerte incluye una sobredosis masiva de somníferos, lo que apoya la teoría del suicidio. Sin embargo, la presencia de un hematoma en el cuello sugiere una posible lucha o agresión. Además, la autoinmolación es un método de suicidio increíblemente violento y doloroso, lo que parece contradecir la elección de una sobredosis pacífica. ¿Por qué utilizar ambos? Esta contradicción sugiere fuertemente la participación de un tercero, ya sea a través de una sobredosis forzada seguida de un incendio para destruir pruebas, o un suicidio asistido.
La ciencia forense moderna ha transformado a la Mujer de Isdal de un fantasma completo a una persona real con una historia de fondo plausible, arraigada en la agitación de la Europa de mediados del siglo XX. El análisis isotópico sitúa su nacimiento en Alemania alrededor de 1930 y su infancia en Francia durante la era de la Segunda Guerra Mundial. Esta línea de tiempo evoca inmediatamente narrativas de desplazamiento, como la de una familia alemana (quizás judía) que huye a Francia, lo que explicaría su fluidez tanto en alemán como en francés. Este contexto histórico proporciona un poderoso motivo para una vida bajo múltiples identidades y una profunda necesidad de anonimato, ya sea por seguridad personal o como requisito para ser reclutada por una agencia de inteligencia como el Mossad (inteligencia israelí), que a menudo reclutaba a personas desplazadas sin lazos familiares.
Sección V: Ensamblando el Rompecabezas, un Análisis de las Teorías Predominantes
Durante más de cincuenta años, el caso de la Mujer de Isdal ha generado una multitud de teorías. Al sopesar la evidencia disponible, algunas de estas teorías emergen como más plausibles que otras, aunque ninguna ha sido probada de manera concluyente.
Teoría 1: Un Suicidio Cuestionado
La conclusión oficial de la policía en 1971 fue que la Mujer de Isdal probablemente se suicidó. La principal evidencia que respalda esta teoría es la enorme cantidad de somníferos que ingirió. La ubicación en el "Valle de la Muerte", con su historial de suicidios, también podría considerarse un factor de apoyo. Desde una perspectiva psicológica, su meticulosa eliminación de la identidad podría interpretarse como el acto final de alguien que desea desaparecer por completo del mundo. Algunos han propuesto que sufría de una grave enfermedad mental, como esquizofrenia paranoide, lo que explicaría su comportamiento conspirativo y su trágico final.
Sin embargo, la evidencia en contra de un suicidio simple es abrumadora. El hematoma en el cuello, la violencia extrema de la autoinmolación y la extraña disposición de sus pertenencias son difíciles de reconciliar con la imagen de una persona que se quita la vida tranquilamente. El nivel de planificación y disciplina exhibido en sus viajes y la eliminación de su identidad parece incompatible con el pensamiento desorganizado que a menudo se asocia con la psicosis severa. Es revelador que muchos de los investigadores originales del caso nunca creyeron en la teoría del suicidio.
Teoría 2: La Sombra de la Guerra Fría, una Agente de Espionaje
La teoría más popular y duradera es que la Mujer de Isdal era una espía. Esta hipótesis está respaldada por una gran cantidad de evidencia circunstancial. El contexto histórico es clave: su muerte ocurrió en el apogeo de la Guerra Fría, y Bergen era una ubicación estratégica con importantes instalaciones militares. Su comportamiento exhibe todas las características del "tradecraft" de espionaje: uso de múltiples alias, pasaportes falsos, pelucas, notas codificadas, técnicas de contravigilancia como cambiar de habitación y la eliminación sistemática de su identidad.
El vínculo más fuerte es la correlación entre sus movimientos en Noruega y las pruebas secretas del misil Penguin, un arma naval de vanguardia en ese momento. Además, fue vista cerca de oficiales navales alemanes. Las especulaciones sobre su afiliación van desde la KGB soviética hasta el Mossad israelí. La teoría del Mossad se ve reforzada por su posible origen como refugiada judía alemana, ya que la agencia era conocida por reclutar a personas desplazadas sin lazos familiares que pudieran ser explotados.
No obstante, hay argumentos en contra. Sus métodos a veces eran torpes. Era muy memorable para los testigos, lo cual es una desventaja para un espía que busca pasar desapercibido. El código en su cuaderno era relativamente fácil de descifrar. Si hubiera sido una agente patrocinada por un estado, es probable que su muerte hubiera sido manejada de manera más limpia, o que un gobierno finalmente la hubiera reclamado.
Teoría 3: Una Vida en los Márgenes, Empresa Criminal o Demonios Personales
Esta categoría abarca posibilidades fuera del espionaje patrocinado por el estado. Podría haber sido una mensajera de alto nivel para una organización criminal o de contrabando, lo que explicaría su necesidad de secreto y dinero en efectivo. Algunos investigadores han sugerido que era una prostituta de lujo, lo que podría explicar sus viajes, el dinero, la necesidad de anonimato y sus encuentros con varios hombres. Alternativamente, podría haber estado huyendo de un pasado peligroso: un compañero abusivo, una organización criminal o incluso un grupo político. El testimonio del testigo que la vio seguida por dos hombres apoya esta idea. Sin embargo, estas teorías tienen dificultades para explicar el vínculo potencial con las pruebas del misil Penguin y la sofisticación casi a nivel estatal de su ocultamiento de identidad.
Un elemento crucial de evidencia en este caso es la propia investigación. La decisión de las autoridades noruegas de cerrar el caso como un suicidio apenas unas semanas después del hallazgo del cuerpo, a pesar de la abrumadora evidencia contradictoria y las preocupaciones de la policía local, es altamente sospechosa. Un caso que involucra a una ciudadana extranjera no identificada, múltiples pasaportes falsos, mensajes codificados y un posible vínculo con secretos militares debería haber desencadenado una investigación internacional masiva y a largo plazo. En cambio, se concluyó rápidamente con una explicación simple e insatisfactoria. Esto sugiere una posible intervención de una autoridad superior, como el Servicio de Inteligencia Noruego, para contener un asunto delicado que involucraba la seguridad nacional o las relaciones internacionales. La resolución oficial de "suicidio" pudo haber sido una historia de tapadera para poner fin a la investigación pública sobre un asunto de espionaje que salió mal.
El Enigma Interminable de la Mujer de Isdal
Más de medio siglo después de su descubrimiento, la Mujer de Isdal sigue siendo un fantasma, una silueta definida más por las preguntas que por las respuestas. Gracias a la ciencia moderna, ahora conocemos detalles que los investigadores de 1970 solo podían soñar: su probable origen en la Europa de la posguerra, sus movimientos durante la infancia y la causa médica precisa de su muerte. Sin embargo, estos hechos solo han servido para profundizar el misterio central. Cada nueva pieza del rompecabezas parece revelar una imagen aún más compleja y contradictoria.
La mayor esperanza para resolver finalmente el misterio reside en el campo de la genealogía genética. Con un perfil de ADN completo ya establecido, la posibilidad de encontrar una coincidencia con un pariente lejano en una base de datos de genealogía pública como AncestryDNA o 23andMe es real. Un solo vínculo familiar podría ser suficiente para reconstruir su árbol genealógico y, finalmente, devolverle su nombre. En un esfuerzo por lograr esto, Interpol emitió una Notificación en 2019, una solicitud internacional para ayudar a identificar cuerpos no identificados.
La Mujer de Isdal sigue cautivando porque su historia toca temas universales de identidad, secreto y la intersección de vidas individuales con las grandes fuerzas de la historia. Es un recordatorio escalofriante de que, incluso en el mundo moderno, una persona puede desaparecer por completo, dejando solo un rastro de preguntas sin respuesta. Era una mujer que existió vívidamente en el mundo físico —recordada por camareras, dependientes y otros viajeros— pero que no dejó ninguna huella oficial, un fantasma en la maquinaria del siglo XX. Su historia es un testimonio de la fragilidad de la identidad y de los oscuros secretos de la Guerra Fría que quizás nunca salgan completamente a la luz. Hasta que la ciencia o la suerte revelen su nombre, ella seguirá siendo la Mujer de Isdal, un enigma que posiblemente jamás será revelado.
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